La entrada de el día de hoy procura contestar a una duda primordial que atenaza a los contrarios hasta la angustia. ¿Qué sucede si el día D, el día definitivo, en el instante del examen tengo la mala suerte de que no reconozco los contenidos escritos que me caigan en suerte? De hecho, es una cuestión fundamental. Todos entendemos que en la oposición la prueba definitiva es el comentario. Si nos cae un tema que nos sepamos, mal que bien, lo desarrollaremos y vamos a estar sobre el ansiado 2,5 para lograr promediar con el comentario. Esto mismo va a ser de app al resto de los contrarios. Si a todos les cae un tema que sepan, el aprobado es parcialmente simple. Y existen muchos temas que aun sin estudiar, especialmente si somos interinos, tenemos la posibilidad de desarrollar al menos para lograr un 3 (pienso en el tema 15, el sintagma nominal o afines). Pero el comentario es diferente. Asimismo todos entendemos que la auténtica criba de las oposiciones se da aquí. Es la prueba aparte de que puede detallar diferencias insuperables para lograr la ansiada plaza. Considerablemente más en comunidades como La capital española o Ceuta donde se pondera el 70% de la calificación (valiendo el tema el 30%). Y esta es una de las razones por las cuales el corazón se hace más rápido al meditar en esta prueba. Una opositora me redacta explicándome que está agobiada pensando qué va a poder realizar si no se le cae el artículo. Esa pesadilla asimismo la tuve yo a lo largo de años. ¿Y si no me sé el artículo y meto la pata garrafalmente? ¡Todo al garete! ¡Un par de años en la basura! ¡Ufff! Voy a contar mi experiencia para ilustrar mi explicación posterior. En 1996 en La capital española cayó un artículo en prosa muy dificultoso de Insistentes Assens (un creador no ahora de segunda, sino más bien de tercera fila, que yo conocía esencialmente por su faceta como periodista). El artículo usaba un lenguaje cultísimo y creo rememorar que contaba de qué forma una secuencia de personas orinaban en la verja del edificio de la RAE. No recuerdo si eran autores, pienso que sí, del 27. Yo interpreté equivocadamente que me hallaba por su tema intelectual y por su estilo, con un fragmento experimentalista o correspondiente a eso que yo en mi temario había llamado como “novela la intelectual” a la que el día de hoy podríamos englobar por servirnos de un ejemplo Vila-Matas o Bolaño. Fallé. Era un artículo de los años 30. No obstante, conseguí la mejor nota del tribunal en el comentario. ¿Por qué razón? Pienso que por el hecho de que el comentario se encontraba bien construido y argumentado. Asimismo influiría como resulta lógico que no pienso que absolutamente nadie de mi tribunal acertara el artículo por el hecho de que era muy difícil. ¿Conclusiones? Primero: es diferente no detectar un artículo bien difícil que uno simple. Me contaré asimismo. En las oposiciones de 1998, en las que yo conseguí plaza cayó el parágrafo final de Cien años de soledad, en el que se citan explícitamente estas expresiones. No adivinar o sea grave. Pero no adivinar una poesía de cancionero entre los una cantidad enorme de creaciones que hay no es grave. De ahí se saca una lección: cuanto mucho más leamos mejor. Es indispensable tener un plan de lectura y llevarlo estrictamente. Segundo: Lo primordial en cualquier caso es que el comentario esté bien construido.
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Si la composición del comentario es adecuada (se muestran todas y cada una de las partes ordenadas como ha de ser) si entendemos qué datos del artículo debemos anotar y subrayas y somos capaces de explicarlos apropiadamente, si la argumentación que hacemos es adecuada , todo está bien. Al final de cuenta comentar es esto, argumentar las razones por las cuales un artículo es de esta manera y esto supone argumentar. Esta es la parte determinante del comentario. Como yo digo a mis contrarios, si un individuo es con la capacidad de decir “Este cuadro es el Guernica de Picasso” pero no es con la capacidad de argumentar lo que el cuadro significa, el comentario no vale nada. Si por contra un individuo no sabe que el cuadro es el Guernica de Picasso, pero es con la capacidad de argumentar que es un cuadro cubista y por qué razón, que está pintado solo en tonos blanco y negro y por qué razón, etcétera. entonces este es buen comentario. Como es lógico, si no entendemos los temas, todo va a ser realmente difícil. Es indispensable comprender qué es el cubismo para lograr comentar el Guernica apropiadamente. Pero aun, si se me agota, se puede realizar un comentario aparente sin adivinar el movimiento a condición de que sepamos mucha lengua y tengamos sensibilidad y aptitud de relación. Por el hecho de que, al final de cuenta, comentar es argumentar el contenido y la manera de un artículo. Y a esto tampoco se aprende leyendo temas. De lo que se habla es estudiar a comentar. Comentar es una técnica que se consigue realizando, como todas y cada una. Carece de sentido leer comentarios completados por otra gente si no hacemos nosotros nuestros comentarios y no contamos quien nos los corrija. Solo de esta forma se aprende a comentar. Hay multitud de fallos que se corrigen llevando a la práctica y que leyendo comentarios de otra gente no vamos a eludir. Finalmente y, por consiguiente, un mensaje de ánimo, como siempre y en todo momento. No es necesario entender el artículo. Lo que sí es requisito comprender comentar. Desde aquí cuanto mucho más sepamos de literatura y lingüística, mejor. Y si ahora acertamos el artículo, ¡bingo! Como siempre y en todo momento, solo nos queda una: trabajar con fe y entusiasmo. El futuro pertenece a los que resisten. Saludos y ánimo.
Con perfil de lengua extranjera
Sustantivos abstractos que vas a poder admitir
Ten en cuenta que un substantivo abstracto es aquel que me charla de un concepto, de algo que no puedo tocar, ver u olfatear; si no lo percibo de manera directa con los sentidos, es un concepto abstracta: la independencia, la soledad, la imaginación, la honradez… podrían representarse como algo físico, el arte lo realiza, pero es una representación inventada.
Una mesa es una mesa que puedo tocar y dibujar como una mesa; la independencia o el cariño, si bien logre sentirles físicamente, los pintaría con símbolos que solo tienen concepto para mí, un pájaro, una nube, unas manos abiertas…
Tema 16: La educación literaria en el contexto escolar
Asimismo para la educación literaria vas a encontrar en el libro de Cassany ciertas proposiciones atrayentes, desde de qué forma enfocar la didáctica de la literatura hasta proposiciones específicas como los comentarios de contenidos escritos o los talleres de creación literaria.
Me semejan bien interesantes los criterios para elegir libros para hacer el hábito lector, libros para desarrollar la rivalidad literaria y las ideas para trabajar los libros de lectura.
Nivel gramatical
- La deixis (anafórica y catafórica)
- La elipsis.
- El paralelismo sintáctico.
- Recurrencia léxica.
- Recurrencia semántica (sininomia, antonimia, substitución, campos semánticos, hiperonimia y también hiponimia).