La pantera negra es una variación negra de distintas especies de enormes felinos, en especial del leopardo y del jaguar. Hay alguna confusión con las expresiones pantera y leopardo. Por una parte, Panthera es un género de félidos que incluye cinco especies; los convocados leopardo y jaguar, tal como los leones, los tigres y el leopardo de las nieves.
La pantera es un animal de color negro, al que le agrada apresar, comer carne y gruñir; es muy elegante, alarma y muy hábil. Una pantera negra sencillamente es un leopardo manchado con pelo castaño oscurísimo. El color es la primordial diferencia entre ellos. En verdad, la pantera asimismo tiene máculas llamadas rosetones, si bien estas solo son perceptibles a la luz.
CON TODOS LOS SENTIDOS
La pantera negra es un enorme cazador nocturno, metódico y ordenado, un perseguidor más especial. Jamás se comporta como un fácil corredor sin rumbo fijo. Anda despacio y se arrastra muy cerca de la presa. Se aproxima furtivamente sin importar lo más mínimo las horas que utilice para garantizar su cometido.
De ahí que maneja el estruendos y oculta el fragancia que logre captar el resto. Es callada y cautelosa. Las patas rellenas son suaves, y el pelo de las piernas absorbe el estruendos. El pelaje deja entremezclarse con el fondo de la selva. Es presuntuosa: la presa no puede verla.
El papel de las mujeres y las familias indígenas en las siembras
La campaña Pepeaderos para la vida tiene como propósito reforestar áreas degradadas, en el bosque ribereño, de los ríos Amazonas y Loretoyacu, y del lugar
Ramsar Lagos de Tarapoto. La campaña explota las plántulas que de manera natural germinan en el momento en que las aguas empiezan a bajar. Estas plántulas son agarradas por las mujeres de los pueblos indígenas Ticuna, Cocama y Yagua, ellas las cuidan y efectúan la siembra, adjuntado con sus familias, donde es requisito recobrar el bosque degradado.
Función cultural de los acentos de Wakanda
Para este país ficcional, el isisXhosa sirvió como una suerte de lengua oficial, pero al unísono debía representar una identidad panafricana. La mejor forma fue amontonar las especificaciones mentadas y prestar a los actores, de orígenes muy distintos, seleccionar múltiples acentos para ir elaborando cada uno de ellos su idiolecto. Chadwick Boseman era de Carolina del Sur; Letitia Wright (Shuri), de Guayana; Angela Bassett (Ramunda) nació en Novedosa York, pero se crió en múltiples estados; Lupita (Nakia) nació en México, de ascendencia keniana; Danai Gurira (Okoye) es de Iowa; Monte Whitaker (Zuri) de Texas. Cada uno de ellos «desprendió» su acento y adquirió un formato desde distintas identidades africanas para hacer un producto nuevo, en el que los aspectos que Hollywood había ridiculizado anteriormente son el modo perfecto de comunicación estándar, y los habituales sonidos americanos y británicos quedan en background. Alcanzan tanta naturalidad, que Martin Freeman y Michael B. Jordan prácticamente nos chirrían en el momento en que charlan.
Semeja que cae de cajón estandarizar esta clase de sonidos en el momento en que la acción avanza en un país que jamás fue colonizado. Libres de influencias de países blancos, los wakandianos emplearían isiXhosa entre sí y trasladarían sus peculiaridades al inglés, pero al tiempo acogerían a migrantes de otros países que sí padecieron las crueldades del colonialismo. De esta forma habrían recibido influencias de lenguajes de europa, ocasionando las variantes en sus idiolectos.