el aprendizaje de lenguas es distinto d segun la persona

Ronan Miller hace un doctorado en España, estudiando de qué forma la ansiedad perjudica a personas que tartamudean en las clases de lengua extranjera. Él piensa que ciertos hábitos de la gente que tartamudean de todos modos tienen la posibilidad de asistir en la educación de una lengua extranjera, y da diez consejos.

Si bien la tartamudez se reconozca eminentemente como un inconveniente mecánico relacionado con la fluidez del charla, el encontronazo que tiene la posibilidad de tener en los hábitos y las reacciones de un sujeto con el lenguaje es discutiblemente de una relevancia considerablemente mayor. Bastante gente que tartamudean medran dedicando un esfuerzo notable para eludir tartamudear gracias a la percepción de las reacciones negativas y secuelas que esto implica. A mi parecer, ciertos de estos hábitos, como eludir algunas expresiones o amoldar la composición de las oraciones, podrían reformularse y usarse de forma ventajosa en la educación de una lengua extranjera. Presento ciertos métodos, enfoques y prácticas que tienen la posibilidad de asistir a quienes tartamudean a estudiar un idioma extranjero de manera mucho más eficaz.

TEORÍAS DE ADQUISICIÓN DE IDIOMAS

Según Campbell y Wales (1970), la adquisición del idioma es el desarrollo en el que los pequeños alcanzan un control fluido de su idioma originario. Los autores aseguran que el primer intento de documentar el avance lingüístico de un niño fue efectuado por el biólogo alemán Tiedemann (1787), que se centró en comenzar una selección de datos normativos sobre el avance infantil. Campbell y Wales (1970) asimismo apuntan que el mayor estímulo para el estudio de la adquisición del lenguaje procede de la teoría de la evolución de Darwin, pero que el creador que mucho más contribuyó al tema comenzó en estudiarse con mayor aspecto fue el sicólogo alemán Preyer (1882), quien estudió el avance de su hijo a lo largo de sus primeros tres años de vida, realizando notas detalladas de su avance lingüístico.

Según Brown (2000), hay múltiples cuestiones sobre el avance lingüístico sobre el instante de la adquisición del idioma, y ​​de qué forma se comprende y usa su dificultad y función popular. El creador asegura que, durante los años, distintas teorías de la adquisición del lenguaje han intentado responderlas y, aun explorando ciertos puntos contradictorios, muestran probables relaciones entre ellos.

Introducción

Los desenlaces de investigaciones precesoras han tolerado llegar a 2 generalizaciones extensamente admitidas por los estudiosos en adquisición de segundas lenguas: los pequeños mayores, jovenes y mayores son mucho más veloces y eficientes en los primeros estadios del estudio que los pequeños mucho más jóvenes. Otra generalización esencial, aquella que semeja corroborar la presencia de un periodo crítico para la adquisición de lenguas, se ha visto en ocasiones de adquisición en el medio natural: los pequeños con un principio tienen mucho más opciones, largo período, de lograr escenarios altos de dominio de la lengua, próximos al dominio de los hablantes originarios. La primera generalización fué constatada tanto en ocasiones de adquisición en un medio natural, como en un medio escolar o formal, si bien en este último contexto hay varios menos estudios. La segunda generalización es difícilmente constatable en ocasiones de estudio formal, en las que los escenarios mucho más altos quedan comunmente muy bajo los escenarios equiparables a los de la rivalidad nativa, ya que la cantidad y la calidad de la exposición a la lengua no son tampoco equiparables.

Es en este último contexto, de estudio en un contexto formal, donde ubicamos nuestra investigación en situaciones en las que, como en el presente, es requisito tener datos que logren reportar las actuaciones de las autoridades educativas en temas de organización de las lenguas extranjeras en la educación principal y secundaria, tal como las de todos y cada uno de los implicados en los procesos de enseñanza de lenguas. Hemos escogido 4 ideas para estructurar nuestro alegato que argumentan –suponemos– a críticas bastante extendidas entre progenitores y instructores (véase en este sentido asimismo Tuestas, Tragant y García, 1997). Podían ser considerablemente más, pero el espacio con limite del producto no nos deja. Podían ser otras diferentes así como atrayentes, pero nuestras aportaciones sobre estas están basadas en los desenlaces de nuestra ahora extendida investigación sobre los efectos del aspecto edad en la educación escolar de la lengua inglesa.

Retrasa la demencia

Poco a poco más académicos y especialistas en el tema estiman que el bilingüismo puede aumentar nuestra aptitud de reserva cognitiva. Este “almacén” que tiene el cerebro se forma a través de todas y cada una de las vivencias estimulantes que hemos creado en nuestra vida. Por servirnos de un ejemplo, estudiante, tocando instrumentos, leyendo o aprendiendo nuevos lenguajes.

De este modo, varias indagaciones han relacionado el bilingüismo con la reserva cognitiva y, por consiguiente, vieron que está asociado con un retardo de la aparición de la patología de Alzheimer hasta cinco años. Del mismo modo, cuanto mayor es esta aptitud de reserva cognitiva, mucho más retardo se genera asimismo en la aparición del deterioro cognitivo producido por el envejecimiento.

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