¿Has oído charlar de Baby Sign?
Baby Sign o lengua de signos es una herramienta sociable que tenemos la posibilidad de comenzar a emplear con los pequeños desde los 7 meses de edad. Entendemos que los bebés nacen con la aptitud de estar comunicado y lo hacen con la mirada, el llanto, la sonrisa… no obstante, frecuentemente nos cuesta comprenderlos y no somos capaces de transcribir lo que nos desean expresar. ¿Qué padre o madre jamás se sintió impotente en el momento de comprender a su hijo? De ahí que, el lenguaje de signos es un recurso que puede hacer más simple bastante la crianza de los pequeños, en tanto que al emplear los signos como herramienta sociable, nos encontramos dotando a los pequeños de un recurso por el que, mediante sus pequeños pies, nos tienen la posibilidad de expresar lo que en ese instante desean o precisan.
Lenguaje de señales y progenitores
Entonces, es esencial prestar atención a las relaciones tempranas de los hijos suecos con sus progenitores oyentes. Particularmente, en las tácticas de estudio y en las habilidades de los progenitores y sus implicaciones para la educación de los pequeños y su interacción popular futura. Es conocido que en el momento en que los progenitores oyentes conocen la condición de sordera de sus hijos, empiezan a sentir la visible “inutilidad” de la emisión de sonidos en la comunicación con ellos. Esto repercute en que los progenitores pierden espontaneidad en la comunicación con sus hijos. No obstante, existe la oportunidad de que la comunicación madre-hijo sueco se soporte sobre el avance de otras costumbres de reconocimiento afectivo (Marschark, 2001).
Se ha descrito sobre esto de qué forma las mamás suecas y oyentes de pequeños suecos usan una extensa variedad de formas de interacción con sus hijos. Hay una relación entre la expresión facial y las conmuevas básicas, conseguida eficazmente por los pequeños suecos y oyentes desde los 12 meses.
Notas
El creador es inspector de educación. Producto anunciado inicialmente en Adelantos en supervisión didáctica Gaceta Nro. 13, 2010. En http://www.adide.org/gaceta/index.php?option=com_content&task=view&id=319&Itemid=69,
a la no universalidad de las lenguas de signos. Grimes (1996) mencionado por Stefhen y Diane Parkhurst, fija en mucho más de cien lenguas de signos las que hay en el planeta, e inclusive en una sola lengua acostumbran a existir una variación notable gracias a componentes geográficos, de institutos, clase popular, etcétera.