En esta segunda etapa el niño ha aprendido a reproducir ciertas letras, pero todavía no conoce cuál es su concepto. No obstante, entendió que todas estas representa un sonido diferente y tratará de plasmar esto en su escritura. Entonces, empleará distintas composiciones de las letras que conoce para representar expresiones diferentes, pero como todavía no conoce lo que significa cada una, lo va a hacer a la suerte, logrando emplear solo una letra para representar aun sílabas o expresiones terminadas.
En este nivel, el niño todavía no sabe precisamente qué sonido representa cada letra, pero procurará usar los sonidos que conoce para representar una sílaba concreta para inferirlo. Por poner un ejemplo, podría meditar que «m» siempre y en todo momento se pronuncia como «me» o «ma». Por consiguiente, en esta etapa, va a poder dividir las expresiones en sílabas y aproximarlas por escrito, pero todavía no ha gobernado la relación entre lo que redacta y el sonido que quiere expresar.
Avance Lingüístico, Lenguaje de Señales y su Relación con Literacidad
Una propiedad primordial de un ámbito de estudio lingüístico es que provea un input de lenguaje alcanzable al niño (Meier, 1991) .
En dependencia del contexto en el que se desarrollen, los pequeños suecos tienen la posibilidad de estar expuestos así sea en su casa o en el instituto, a distintas formas lingüísticas en distintos grados. Los 2 géneros de lenguaje a los que el niño puede verse expuesto en estos entornos son el lenguaje oral y el lenguaje de señales (LS), este último puede cambiar en relación al principio de la exposición y rigidez de esta (Nelson, Loncke & Camarata, 1993). En ciertos casos, los pequeños suecos están expuestos asimismo a formas de comunicación bimodal, en las que se combina la utilización simultáneo del charla y los datos, pero no se guarda la composición sintáctica del lenguaje de datos en tanto que esta difiere de la del lenguaje hablado.
Más allá de que el ingreso al lenguaje oral se ve seriamente con limite en la situacion de los pequeños suecos, el lenguaje de señales forma un input que es absolutamente alcanzable para ellos. Por consiguiente, si estos son expuestos próximamente al LS, prosiguen, en relación a la adquisición de este, un curso afín de avance lingüístico al de sus pares oyentes (Geers & Schick, 1988; Meier, 1991; Petitto y Marentette, 1991) . Estos pequeños consiguen el lenguaje así como los pequeños oyentes, a través de la exposición en contextos naturales, interaccionando con otros en ocasiones importantes (Drasgow, 1998). Mayberry y Eichen (1991) resaltan la relevancia de la adquisición temprana del LS, para hallar mejores escenarios de desempeño lingüístico.