la lengua materna en el aprendizaje de una segunda lengu

Como profesora de una clase anterior a la escuela transicional y políglota, encontré entre mis mayores adversidades el deseo de ciertos progenitores y mamás de que sus hijos aprendan a charlar inglés. Sí, estoy conforme en que es esencial estudiar la lengua inglesa, pero preservar y sostener la lengua materna es aún más esencial. Los alumnos preescolares están en especial completados para estudiar bastante lenguaje. Los pequeños pequeños absorben como esponjas enormes proporciones de información de sus ámbitos y la procesan para estudiar novedades.

A lo largo de las visitas a los hogares de los progenitores y mamás, siempre y en todo momento les pregunto sobre sus misiones para sus hijos a lo largo de el año próximo escolar. La mayor parte de los progenitores charlan de los colores, las formas, estudiar a llevarse bien con sus compañeros, hasta estudiar a charlar; pero en ocasiones escucho: “Por favor, enseñe primero la lengua inglesa a mis hijos”.

La mejor edad a fin de que un niño aprenda un segundo idioma: conoce sus etapas 

Los pequeños tienen una capacidad de estudio, puesto que el cerebro está desarrollado para esto. En lo que se refiere al lenguaje, los estudios prueban que la primera niñez es un periodo crítico para la educación de un segundo idioma.

La identidad y conceptos similares

La identidad se convirtió en una variable de estudio con cada vez mayor presencia en el área de la adquisición de lenguas . Identidad supone charlar de mí, de mi yo, de ese ente que aprende una lengua novedosa, la vive, la padece, la mira sin ignorar el resto de joyos presentes en un desarrollo durante la vida. Y sucede que las vivencias con todas las lenguas que entra en nuestra vida terminan siendo una parte de ese sistema paradójico que somos todos nosotros. No obstante, referirse a este término necesita pensar al unísono sobre los términos utilizados ​​en la bibliografía (yo, identidad, coche-, self, entre otros muchos): ¿charlan del mismo pese a usar conceptos distintas?

La identidad puede ser un rompecabezas, un grupo de piezas moldeadas por las vivencias vividas. Desde una visión postestructuralista, la identidad es un constructo en constante cambio que está preciso por la sociedad y, por consiguiente, por las lenguas en las que esta sociedad interacciona. Desde una visión popular, este término dejó de definirse por causantes como su origen para pasar a comprenderse como una construcción en negociación incesante desde todas y cada una de las relaciones en las que formamos parte. De esta forma, todo lo expuesto es variable, algo que va concretando este yo que nos ofrece una falsa fachada de seguridad.

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