marco común europeo de referencia para las lenguas mcer 2018

El Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas se publicó en 2001. Le antecedieron diez años de investigación y diseño que implicaron a muchas instituciones de europa y múltiples equipos de investigación adjuntado con cientos y cientos de enseñantes de toda Europa. El resultado fue un archivo único y de trascendencia colosal para un campo vital en el emprendimiento europeo – la enseñanza de lenguajes – pero que además de esto ha inspirado más tarde a otros muchos «marcos» como el Marco Europeo de Rivalidad Digital para la Ciudadanía, entre otros muchos. El día de hoy tenemos la posibilidad de asegurar que Marc supuso un punto de cambio en la promoción de la enseñanza y la educación de lenguas en Europa.

Además de esto, desde su publicación Marc fué sometido a un desarrollo incesante de análisis, implementación y revisión. Desde sus escenarios de referencia y sus descriptores se han alineado las mucho más reputadas pruebas de evaluación en todo el conjunto de naciones europeo; las editoriales han reelaborado sus materiales para ajustarse a estos escenarios y –cuando menos teóricamente– a la iniciativa teorética que el marco supone (con particular énfasis pero acierto dispar, al enfoque pensado para la acción que protege Marc) ; también, tanto los gobiernos de toda Europa como la docencia y la investigación han asimilado parte importante del alegato de Marcos – si bien de manera sintética ahora ocasiones parcial, en especial en esos puntos mucho más complejos de poner en práctica, como la apuesta plurilingüe y otras cuestiones que siendo centrales en Marcos no tuvieron el avance pensado.

Primera revisión del Marco Común de Referencia para las Lenguas

Dieciséis años tras su publicación original, en 2017, esta visión se ve cambiada en la publicación revisada del MCER. Publicación que hasta la actualidad solo está en inglés.

Como nos comunica Esther Cores Bilbao: “…, la primordial novedad introducida por el MCER fue reemplazar el modelo de 4 habilidades (escucha, lectura, escritura y charla) propuesto en 1961 por Robert Lado, atendiendo a las críticas de lingüistas aplicados como Candlin, Brumfit o Alderson. Quienes aconsejaban remover la división del estudio en tareas de producción y recepción en el charla y la escritura pues hablamos de una clasificación artificial y poco verdadera.“.

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