movimiento de la lengua del bebe y su desarrollo cognitivo

Una investigación anunciado en la gaceta Cognition ahondó en este ademán infantil para procurar comprender qué se oculta detrás. Estos sociólogos de la Facultad de Westminster examinaron a un conjunto de pequeños de 4 años y les asignaron tareas complicadas como rememorar una historia, presenciar con un candado y una llave o jugar con un estudioso.

Comprobaron que, en todos y cada uno de los casos, los pequeños sacaron la lengua justo en el momento en que el procesamiento cognitivo era mucho más profundo; esto es, en el momento en que estaban pensando. No obstante, asimismo apreciaron una peculiaridad al comprobar los vídeos que antes habían pasado por prominente: los pequeños acostumbraban a sacar mucho más la lengua en el momento en que se sometían a un esfuerzo cognitivo mientras que jugaban con el experimentador.

Etapa Lingüística:

En este periodo el bebé deja de efectuar solo emisiones fónicas (sonidos) puesto que empezará con la expresión de la primera palabra. Por consiguiente, se le da escencial relevancia por dado que se reconoce como el primer aviso del lenguaje del bebé con el propósito de comunicación. Por otra parte, este primer aviso del lenguaje no posee tiempo de comienzo. O sea, no tenemos la posibilidad de saber con precisión el instante en que va a ser preciso, confirmará y va a tener como resultado la “primera palabra” del menor.

En lo que se refiere al comienzo del charla a los bebés, estudios afirman que las pequeñas empiezan a charlar poco antes que los pequeños. No obstante, aparte del sexo, un bebé puede demorarse mucho más que otro en pasar por esta etapa. Si bien no existe edad precisa para el comienzo de este desarrollo, se calcula que el 90% de pequeños que charlarán dicen las primeras expresiones desde los 15 a 18 meses, precisamente. No obstante, los tiempos y habilidades de los pequeños no son iguales y han de ser respetados.

La base de esta etapa es el juego simbólico y la manipulación de símbolos

El juego simbólico radica en la aptitud de efectuar representaciones mentales y jugar con ellos. Este género de juego es espontáneo, sin la intervención de elementos externos del adulto y no tiene finalidad didáctica. La manipulación de símbolos se efectúa a través de la substitución de elementos reales por otros inventados. Por servirnos de un ejemplo: realizar un picnic en el parque con hojas, arena y agua.

En el estadio preoperativo las operaciones mentales son pocas y frecuentemente inapropiadas. El niño es con la capacidad de conformar conceptos equilibrados y tener opiniones mágicas. El pensamiento en esta etapa todavía es egocéntrico.

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