¿Puedes confiar en ese último estudio? 7 preguntas para hacer

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Vivimos en un mundo donde los titulares nos gritan las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Estamos sujetos a tuits y publicaciones las 24 horas del día que nos dicen qué hacer, qué no hacer y qué nos va a matar si seguimos haciéndolo. Si bien toda esa información instantánea puede ser realmente excelente, debemos saber cómo abrirnos paso entre el desorden y ser capaces de determinar qué titulares son exagerados y cuáles vale la pena prestar atención.

Un informe reciente de la American Heart Association aconseja contra el uso de aceite de coco, citando la preocupación por un mayor riesgo de ataque cardíaco. Nadie quiere tener un ataque al corazón y todos debemos creer lo que dice la AHA, ¿verdad?

No necesariamente.

Hay tantos factores e influencias involucrados en los estudios médicos que tenemos que aprender a ser un poco más exigentes.

Aquí hay 7 cosas a tener en cuenta al mirar los estudios médicos:

1. ¿Dónde se publicó el estudio?

Desea asegurarse de que el estudio se haya publicado en una publicación acreditada y creíble, como una revista revisada por pares. Con más y más medios de comunicación surgiendo diariamente, establecer credibilidad se está convirtiendo en un problema mayor. La mejor manera de saber si una publicación es confiable es preguntarle a su proveedor de atención médica, a un bibliotecario o a alguien que esté en el campo que está investigando.

2. Recuerde que incluso los motores de búsqueda pueden tener fallas.

El hecho de que algo aparezca primero no significa que sea necesariamente la mejor información disponible. El algoritmo de un motor de búsqueda naturalmente tendrá algún tipo de sesgo, intencional o no. Entonces, diversifica. Por ejemplo, me encanta usar Google Scholar, pero también me propongo usar una variedad de otros motores de búsqueda para mi recopilación de investigación.

3. Un estudio no es suficiente.

No es raro ver artículos que contradicen algo que nos han dicho durante años y años: esto es lo que hace que un titular atractivo y digno de un clic. Un estudio pequeño o mal hecho no niega décadas de buena investigación. Reúna todos los estudios: mire cómo fueron diseñados. ¿Puede haber fallas? En muchos casos, encontrará que no hay suficientes estudios para probar necesariamente algo, pero tomará su propia decisión sobre cómo se desarrolla la relación riesgo vs. recompensa en su propia vida.

4. Averigüe quién financia la investigación.

Si bien no debería tener nada que ver con los resultados, el hecho es que el dinero habla. Infórmese de quién está financiando la investigación y téngalo en cuenta cuando lea las afirmaciones. Lamentablemente, se sabe que los estudios se ven influenciados cuando la fuente de financiación tiene un interés personal en los resultados.

5. ¿Quién, qué, cuándo y dónde?

Un estudio es tan bueno como las personas involucradas. Cuando quiera averiguar los efectos de demasiados pepinillos en un embarazo, no le haga la prueba a una mujer que no esté embarazada. Si bien eso puede sonar obvio, se sorprendería de la cantidad de estudios que se realizan con variables inconsistentes o intrascendentes.

6. Obtenga ambos lados de la historia.

Cuando un estudio entre en conflicto con lo que siempre pensó que era cierto, investigue un poco por su cuenta. Hable con un profesional de la salud de confianza y lea tantos informes acreditados sobre el tema como pueda encontrar antes de realizar cambios drásticos en su dieta, medicamentos o estilo de vida.

7. Lea la letra pequeña.

Quizás lo más importante para recordar es siempre, siempre leer más allá de los titulares. A veces, un titular pegadizo es todo lo que son, sin nada en absoluto que respalde el reclamo.

Cómo las grandes farmacéuticas influyen en los estudios

Otra cosa que tenemos que tener en cuenta es cómo las grandes compañías farmacéuticas influyen en los estudios, las instituciones académicas e incluso en los profesionales de la salud. Las grandes farmacéuticas cortejan constantemente a los médicos. Los invitan a comer, les pagan por oradores y los obsequian con materiales educativos con la esperanza de que cuando llegue el momento de escribir una receta, recuerden quiénes son sus amigos.

Recuerde que la investigación cuesta dinero. Y alguien tiene que financiar cada uno de los estudios sobre los que lees.

Las grandes corporaciones tienden a tener mucho dinero y mucho dinero tiende a hacer una gran diferencia. El Dr. Peter Rost explica cómo se puede influir en el establecimiento médico en este breve, simple y revelador videoclip:

US News & World Report aborda este tema en un artículo publicado el año pasado: “Prescripción médica vinculada a obsequios de la industria.” Este artículo reconoce la influencia potencial de incluso los pagos pequeños a los médicos por parte de las compañías farmacéuticas, pero también nos asegura que los pagos de las compañías farmacéuticas no son necesariamente dañinos.

“Los pacientes pueden beneficiarse de que los médicos conozcan los tratamientos efectivos recientemente aprobados que pueden tener menos efectos adversos, reducir la necesidad de pruebas de control o mejorar la adherencia”.

Animo a todos mis pacientes y lectores a que asuman un papel proactivo en su atención médica adquiriendo el hábito de leer más allá de los titulares, leer los estudios, ser conscientes del sesgo de confirmación, estar dispuestos y abiertos a nueva información y nuevos datos, y siempre manteniendo una mentalidad escéptica: de eso se trata el método científico.

Dr. Mark Burhenne

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