Capacitación y evolución de las lenguas Situación de hoy del español en España
Dialectos españoles hoy día El resto lenguas del estado español
– Capacitación y evolución del español.
De las lenguas prerromanas solo poseemos novedades grecolatinas y también inscripciones para su estudio. La distribución de estas lenguas se establece con el iber en la región levantina, el ligur en el nordeste; el turdetà en la Baja Andalucía y sur del presente Portugal; el fenicio en las costas del sur y una secuencia de pueblos célticos en el cuadrante centro y oeste peninsular; y el euskera, que vamos a estudiar separadamente, además de la región norte. La continua superposición de gente y lengua provoca que estas tengan múltiples coincidencias. Su predominación queda el día de hoy bajo una secuencia de sustratos. En el aspecto fonológico se muestran una secuencia de influjos que propiciarán fenómenos propios del español: por servirnos de un ejemplo, el vasco no pronunciaba la f– inicial latina, y emitía de forma indistinta b y v como /b/, las oclusivas sonoras /b/, /d / y / g/ podían nombrarse como fricativas en situación intervocálica, al paso que las suecas intervocálicas tienden a sonorizar; además de esto tiene cinco vocales con tres grados de apertura. En lo morfológico, el celta tenía la terminación –empleo para nominativo plural y sufijos como –osque, –onda, –iego,… al tiempo que nos quedaron múltiples expresiones prerromanas, ciertas cuellos ahora pasaron en su día al latín hispánico : cerevisia > cerveza, lancea > lanza, carruso > carro, ibaiko > baika > vega,…
Con la llegada de los romanos hubo un tiempo de bilingüismo que acabó en la romanización cultural de la península, absoluto ahora a nuestra era: en el siglo I Vespasiano otorga el derecho general de ciudadanía y la cristianización, con la unión espiritual, latinizaría de manera completa. La romanización corrió al cargo de legionarios y personal administrativo que llevaron sus sintopías y sincronías a la Península Ibérica, dándose ahora un latín vulgar con localismos: en un radical, la Bética era la mucho más purista, al tiempo que la Tarraconense se consideraba la mucho más renovadora, por predominación de la Rumanía Central. Es común a todas y cada una de las variedades una secuencia de fenómenos claves en el latín vulgar y posterior capacitación de las lenguas románicas: por poner un ejemplo, empieza a mostrarse en frente de O.D. de persona, sonorizan las suecas intervocálicas, prevalecen las creaciones analíticas sobre las sintéticas en comparativos y superlativos y, más que nada, cae el sistema de declinaciones por múltiples componentes: se elige la utilización de preposiciones al de casos, solo queda el acusativo, que pierde la –m final, y se opta por el acento, dejando a un lado la cantidad vocálica. Al tiempo se introducen varios helenismos: desde el distributivo cada, de /káta/, hasta léxico relacionado con la verdad material diaria: origanum > orégano, amphora > ánfora,…, y con el campo cultural: schola > escuela, scaena >escena ,…; del mismo modo se genera una gran renovación nominal: casa por domus, sobrinos para nieves,…