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Pla, escritor habituado, usó, en no escasas oportunidades, elementos literarios algo irritantes para el lector. Por poner un ejemplo, enseñar como genuinos, amparado en una suerte de licencia literaria general, presentes aproximadamente inventados; o divulgar plagios o semiplagios a los que, por una u otra razón, se creía autorizado (Plan escribió, mitad enserio, mitad irónicamente, múltiples encomios del plagio); o enseñar como nuevos productos ahora publicados, con puros cambios de título o pequeñas ediciones. En ocasiones, olvidó, alteró o se negó a admitir como sus críticas con las que el correr del tiempo le logró estar en conflicto, o de las que se encontraba arrepentido; otros, inventó capítulos de su biografía, e inclusive negó, sin más ni más, hechos que prefería no rememorar 2 ejemplos: a Notas desperdigadas, pág. 555 y ss., asegura que él votó en oposición a la destitución de Eugeni d’Ors como responsable de Cultura de la Mancomunidad, cosa que es imposible, apunta Marina Gustà en Los orígenes ideológicos y literarios de Josep Pla 1995, pág. 323), por el hecho de que en el momento en que se causó la votación él no era todavía diputado de la Mancomunidad. En 1980, ahora en el final de su historia, redacta que él no conocía a Francesc Macià en el momento en que se encargó de la presidencia de la Generalidad en la Segunda República, una falsedad según múltiples rastros (véase nota 7). Véase Obra completa, vol. 44, pág. 210..
Pero, estupideces, lo que tiene por nombre estupideces, escribió muy escasas en su historia, y dejó mucho más de 30.000 páginas, que esto es. Entre las mucho más gruesas que, primero, ha dicho y, después, escribió está en uno de sus dietarios, el que transporta por título Notas para Silvia, recogiendo una discusión con Jaime Vicens Vives sobre la crónica de los Austrias españolesNotas para Silvia, págs. 112-113. Los 4 primordiales dietarios de Pla (El cuaderno gris –traducción de 1966 de Dionisio Ridruejo y Gloria Ros–, Notas desperdigadas, Notas para Silvia y Notas del crepúsculo –traducción de Xavier Pericay de 2000 y 2001–) están libres en 2 volúmenes ( Espa Calpe, 2001).
La Sirenita
La Sirenita vive feliz en las profundidades del mar con su familia. Un día se dirige a la área, donde ve a un joven príncipe del que se conquista. Desde entonces, su única obsesión es transformarse en humana por sumarse a ella. Escoge tomar una poción mágica que le da una hechicera, y que le dota de unos cuantos piernas, pero a cambio pierde el charla. La joven sirena solo logrará subsistir si el joven príncipe se conquista… Este se encuentra dentro de los cuentos mucho más populares de Hans Christian Andersen anunciado por vez primera en 1837. Esta edición ilustrada por Benjamin Lacombe escapa de los prototipos populares y hace una picadura de un guiño al creador de la historia. En tapa dura, el artículo fué traducido de la versión original redactada en danés.
- Creador: Hans Christian Andersen y Benjamin Lacombe (ilustración)
- Editorial: Edelvives